- Estados Unidos y China acordaron reunirse en Suiza para dialogar sobre las tensiones comerciales.
- Los países buscarán construir acuerdos para aligerar la incertidumbre generada por su guerra arancelaria.
- Los mercados experimentaron una reacción positiva después del anuncio de la próxima reunión.
EE.UU. y China se reunirán por guerra de aranceles
Trump provocó el maremoto, pero ahora llegó momento de conciliar. Este martes, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, informó que viajará a Suiza junto con el representante comercial del país, Jamieson Greer, para reunirse con sus homólogos de China. El objetivo del encuentro es encontrar puntos de consenso que permitan aligerar las tensiones provocadas por la guerra de aranceles.
En una entrevista para Fox News, comentó:
“El mundo ha estado viniendo a Estados Unidos y China ha sido la pieza que faltaba. Iba a estar en Suiza para negociar con los suizos. Resulta que el equipo chino está viajando por Europa y también estará en Suiza. Así que nos vamos a reunir el sábado y el domingo. Y miren, tenemos intereses comunes. Esto es sostenible, como ya he dicho, especialmente, por parte de China…No queremos desvincularnos; lo que queremos es un comercio justo”.
Bessent y Greer son los hombres de alto rango que estarán de un lado de la mesa, mientras que en el otro extremo se encontrarán el viceprimer ministro chino, He Lifeng, y su comitiva.
El encuentro de funcionarios no es poca cosa; se trata de la primera reunión de este nivel para abordar las diferencias comerciales que han explotado en los meses recientes. Recordemos que la situación detonó con la imposición de aranceles de 145% a los productos importados desde China. En respuesta, la potencia asiática fijó un arancel del 125% a algunas de las importaciones de Estados Unidos a su mercado.
Bessent considera que la reunión es un primer paso para tratar de mitigar el severo efecto de los aranceles y las represalias comerciales sobre la economía internacional.
“Mi impresión es que se tratará de una desescalada, no algo que llevará a un gran acuerdo comercial (…) sin embargo, tenemos que reducir la escalada [de tensiones comerciales] antes de que podamos avanzar [en otros campos o con acuerdos más importantes]”.
¿Por qué es importante la reunión entre EE.UU. y China de esta semana?
La lectura de Bessent parece correcta, anticipando un encuentro que muy posiblemente terminará sin acuerdos notables. De momento, la reunión de Estados Unidos y China en Suiza para fines de esta semana fue acogida con entusiasmo en los mercados internacionales. Los futuros del Dow Jones experimentaron un incremento de más de 200 puntos o 0.6%, mientras que los del S&P reportaron un incremento del 0.7% y los del Nasdaq alrededor de 0.8%.
Los mercados de la región Asia-Pacífico también reflejaron el optimismo tras el anuncio de la reunión Estados Unidos – China en Suiza. Por ejemplo, el Nikkei 225 reportó un alza de 0.18%, mientras que el índice de Corea del Sur, Kospi, experimentó una subida de 0.32%. En tanto, los futuros del índice Hang Seng de Hong Kong se ubicaron en 22,837.
La frase de que nadie gana en una guerra comercial es verdadera. Los efectos de los aranceles globales de Trump causan preocupaciones en todas las latitudes. El Fondo Monetario Internacional (FMI), así como el Banco Mundial (BM), coinciden en que la economía global sufrirá de forma terrible la escalada de las tensiones y las medidas restrictivas. Incluso, varios expertos creen que Estados Unidos entraría en recesión este mismo año.
Aunque la guerra comercial entre Estados Unidos y China arrancó en 2018, la administración de Trump ha hecho las heridas más profundas. Las empresas están rediseñando sus estrategias para poder lidiar con el incremento de costos. Trump pretende estimular la producción nacional mediante la reducción del volumen de las importaciones, pero es un hecho que los consumidores tendrán que lidiar en diferentes etapas con un aumento de los precios.
¿Este es el primer paso para el fin de la guerra comercial?
No creo que la reunión entre Estados Unidos y China en Suiza derive en un avance significativo hacia el fin de la guerra comercial. Claro, es un paso positivo, pero su mayor potencial está en que abra la puerta a un diálogo constructivo. Bajo la retórica y la filosofía adoptada por Donald Trump, se antoja difícil que Pekín recule posiciones sin esperar lo mismo del otro bando. La guerra de aranceles apenas está comenzando o, al menos, así lo deja entrever la administración estadounidense.
La esperanza del mundo está en que la presión económica, generada por los efectos dañinos contra empresas y consumidores en ambos países, surta efecto en los dos gobiernos. Sin embargo, es necesario el compromiso político para avanzar hacia una solución que genere estabilidad económica. La disposición de los líderes de los dos países para comprometerse y negociar es crucial. ¿Qué nos dice la historia? Las pláticas han fracasado en varias ocasiones, alimentando la desconfianza mutua.
De momento, la única solución que vemos sobre el camino es que Donald Trump reevalúe su estrategia de aranceles. Quizá debería limitar su alcance a productos esenciales, pero dejar fuera otros, a fin de minimizar el daño económico. De forma paralela, Estados Unidos debería buscar acuerdos comerciales que beneficien a sectores específicos como el de tecnología, agricultura y manufactura.
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