Ideas principales
- Tras la victoria de Donald Trump, grupos civiles armados reactivaron sus operaciones en la frontera para evitar la entrada de migrantes indocumentados.
- Una de las organizaciones involucradas es Arizona Border Recon, una milicia armada que incluso cuenta entre sus integrantes con veteranos de guerra.
- Durante los años recientes y la administración de Biden, algunos de estos grupos estaban prácticamente desaparecidos. Sin embargo, todo cambió con el triunfo presidencial de Trump.
Grupos civiles armados se apostan en la frontera

Donald Trump prometió la mayor deportación masiva de la historia. El presidente electo es popular entre los grupos de extrema derecha por su discurso en contra de los migrantes. Cuando esto se combina con la facilidad de obtener armas en Estados Unidos, el terreno se vuelve más peligroso. Las personas que tratan de cruzar la frontera a través de México deben tener cuidado…mucho.
De acuerdo con distintos reportes, los grupos de civiles armados que simpatizan con Trump retomaron sus actividades en la frontera sur del país. A primera vista, parecen ser integrantes de la Patrulla Fronteriza o militares, pero no los son. Ellos forman parte de organizaciones civiles portadoras de armas que tratan de frenar la entrada de migrantes indocumentados a Estados Unidos.
La victoria de Donald Trump en las urnas les inyectó energía y motivación, después de pasar un par de años en las sombras casi al borde de la desaparición. Entre sus integrantes, hay exmiembros de las Fuerzas Armadas, la mayoría de ellos motivados por una ideología de extrema derecha que se ancla en el mito fundacional de “proteger América”.
Los milicianos armados ofrecen constantemente su ayuda a los gobiernos locales más radicales, pero ahora elevaron su llamado hasta la Casa Blanca. Uno de los grupos es Arizon Border Recon, cuyo dirigente Tim Foley desea que se les considere en la estrategia para frenar la inmigración ilegal. Honestamente, no queremos imaginar lo que pasaría si Trump decide darles luz verde.
“Estamos en contacto con diversas personas. Tenemos un mejor conocimiento del terreno que los agentes federales”, mencionó en una entrevista para el medio estadounidense Wired.
¿Patriotas o agresores de migrantes?

El temor de los migrantes hacia tales grupos armados está justificado. Me atrevería a decir que hay mayor miedo hacia estos hombres extremistas que hacia la propia Patrulla Fronteriza. De acuerdo con Foley, su organización está recibiendo decenas de solicitudes de hombres y mujeres que quieren unirse a sus filas para proteger la frontera.
“Nosotros no utilizamos el término de milicia porque nuestro propósito no es derrocar al gobierno de los Estados Unidos, al contrario, es defender nuestro país, somos solamente un grupo de civiles (…) Creo que podríamos ser una herramienta muy útil para asegurar la frontera”.
Otra organización que ha manifestado su interés para ayudar a Trump a impedir el paso de migrantes ilegales por la frontera sur es Veterans Patrol (VOP). La agrupación es conocida por su ideología extremista y por alimentar teorías conspirativas sobre los migrantes. Sus integrantes patrullan la frontera con armas de alto calibre.
La directora de la Coalición de los Derechos humanos de Arizona, Isabel García, sabía que esto ocurriría en caso de que Trump alzara el puño en las elecciones presidenciales.
“Están viendo la oportunidad de hacer lo que quiera y nadie les dirá nada (…) No sabemos qué va a pasar bajo esta nueva administración de Trump, nos preocupa mucho no solo la presencia de milicias civiles, sino una posible cooperación con la policía y las agencias federales”, expresó.
¿Por qué son una amenaza contra los derechos humanos?

Sentimos escalofríos de pensar en extremistas armados en la frontera, mucho más si consideramos que algunos de ellos tienen formación militar. En el mejor de los escenarios, ellos se limitarán a detener a los migrantes para entregarlos a la Patrulla Fronteriza, pero locos y salvajes nunca faltan. Episodios como el que protagonizaron elementos del grupo Minutemen American Defense en 2009 alimentan las dudas. Nos referimos al cazo en el que tres de sus integrantes asesinaron a una menor de nueve años y a su padre.
En algunos estados fronterizos, los grupos de los llamados “vigilantes fronterizos” operan con el amparo de las autoridades locales. Incluso, los representantes de gobierno y la seguridad de los poblados los describen como patriotas. Sin embargo, son más las denuncias de los activistas de derechos humanos, quienes los señalan de obstaculizar su trabajo o de hostigamiento por apoyar a los indocumentados.
La integración de milicias de extrema derecha para la estrategia de deportación y resguardo de la frontera es arriesgada en todas sus aristas. Al no ser fuerzas oficiales, muchos de estos elementos podrían incurrir en violencia contra los migrantes. Históricamente, estas agrupaciones civiles han estado involucradas en incidentes de agresión y homicidios. Las detenciones arbitrarias podrían ser el menor de los males comparado con el asesinato o la tortura.
Darles cobijo a los grupos civiles armados aumentará el riesgo de crímenes de odio y racismo. El respaldo de la administración de Donald Trump profundizaría los sentimientos nacionalistas, la xenofobia y la discriminación racial. Organizaciones de derechos humanos han alzado su voz en repetidas ocasiones contra este tipo de grupos, pero hasta ahora no se ha tenido mano dura para garantizar su completa desaparición.
¿Cuál debería ser la postura de Trump ante el ofrecimiento de las milicias armadas antimigrantes? Te leemos en la sección de comentarios y nuestras redes sociales.
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