Hay movimientos en la cúpula política de Argentina. Nicolás Posse presentó su renuncia como Jefe de Gabinete en el gobierno de Javier Milei. Es una baja importante para la administración actual, un suceso que puede leerse de diferentes formas.
A través de un comunicado, la Oficina del Presidente de Argentina trató de generar certidumbre tras la renuncia de alto nivel.
“[Posse] deja el cargo por diferencia de criterios y expectativas en la marcha del Gobierno y las tareas encomendadas (…) Posse continuará acompañando, como desde el primer día, las ideas de libertad, la defensa de la vida y la propiedad, y el proyecto de una Argentina libre impulsado por Milei. Lo hará desde un nuevo rol que será dado a conocer en los próximos días”.
El nuevo jefe de Gabinete de Argentina será Guillermo Francos, quien hasta ahora tenía la titularidad del Ministerio del Interior. La institución destacó la visión, profesionalismo y compromiso del funcionario para poder asumir este cargo de alta importancia.
“Francos aportará su profesionalismo, experiencia y capacidad política a la jefatura del Gabinete luego de ejercer exitosamente el cargo del ministro del Interior, habiendo sido uno de los artífices de la gesta que llevó a Milei a la Presidencia, y siendo reconocido por todas las fuerzas políticas por su capacidad de gestión y consenso”.
¿Renuncia o despido forzado?
En los medios de comunicación argentinos, no se habla de una renuncia, sino de un despido contundente de Nicolás Posse. Las señales son claras, empezando porque no hay un rastro de amabilidad en las comunicaciones oficiales. Uno de los señalamientos más duros llegó a través de las páginas del diario Perfil.
“La lista de críticas internas es frondosa. Le endilgan lentitud en el armado de la estructura central del Gobierno y de dependencias públicas bajo el control de la Jefatura de Gabinete, incluidas las empresas estatales y los órganos reguladores”.
Las cosas no están claras alrededor de esta reconfiguración del mando en el Gabinete. Los medios advierten sobre una relación terriblemente deteriorada con la hermana del mandatario, Karina Milei. En la actualidad, la secretaria general de la Presidencia es considerada la mujer más poderosa e influyente de la Argentina.
Nicolás y Karina habían tenido discusiones fuertes y diferencias marcadas por temas puntuales. Uno de ellos fue el trabajo desempeñado por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Esta última habría ejercido presión para forzar la destitución de Posse, tras considerar que era responsable del retraso en los nombramientos de su dependencia.
Junto con la hermana del Presidente, cargaron en varias ocasiones contra Posse por acelerar la designación de los funcionarios dentro del Gabinete en áreas importantes y empresas del Estado.
Guillermo Francos, el líder del Gabinete
Con la renuncia de Nicolás Posse, Guillermo Francos gana poder dentro del gobierno. Uno de sus primeros desafíos será asumir, junto con el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, la negociación para impulsar la Ley Bases y el Paquete Fiscal.
Esta semana, celebró su primera reunión con los ministros en la Casa Rosada. También organizó un encuentro informal con el equipo de gobierno y una posterior rueda de prensa en el Salón Héroes de Malvinas.
En sus primeras declaraciones tras la salida de Posse, Francos fue controversial y polémico como el propio Milei. Incluso, lanzó declaraciones que comprometen al mismo mandatario, ya que le atizan por no tener un recorrido político importante y no estar forjado en esos terrenos a diferencia suya.
Francos afirmó que Milei lo escogió por su gran capacidad para el diálogo y su experiencia en la negociación.
“Poner en marcha un Gobierno desde donde estamos genera un desgaste. Él con el presidente han tenido diferencias seguramente que llevaron a esta situación. Y en un momento pareció que la discusión era insostenible y presentó su renuncia. Era lo más aconsejable para dar por terminada esa situación y empezar de nuevo”.
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